martes, 13 de enero de 2015

El Regente del Ascendente

Fragmento del libro “Astrología, karma y transformación” (Las dimensiones interiores del mapa natal), de Stephen Arroyo.

El planeta regente del Ascendente, junto con su posición de casa y signo, es otro factor que debe considerarse simultáneamente con cualquier análisis del signo ascendente un individuo. De hecho, podríamos decir que, por ejemplo, hay doce tipos básicos de Aries ascendente (dependiendo de la posición del signo de Marte), doce tipos de Tauro ascendente (dependiendo de la posición del signo de Venus), etc.

Tanto la posición del signo como la de la casa del planeta regente son factores extremadamente importantes en cualquier mapa, aunque la posición de la casa es mucho más importante que la posición del signo si el regente considerado es Urano, Neptuno o Plutón.

La posición del planeta regente significa la energía y el sector primordiales de experiencia de vida que nos motiva para que actuemos en el mundo. Además, el elemento de la posición de signo del planeta regente es índice, a menudo, del nivel de experiencia que obtiene nuestra corriente de energía física. Y, puesto que el Ascendente mismo representa la experiencia generalizada de ser nosotros mismos y comprender muy espontáneamente nuestra naturaleza individual, la posición de casa del planeta regente puede decirse que representa el campo específico de la actividad de vida en el que podemos experimentar muy inmediatamente nuestra naturaleza esencial.

Una vez armonizados en el campo de experiencia y el tipo de energía representada por el planeta regente y su casa y signo, empezamos a sentirnos más vivos, más motivados para expresarnos y más interiormente seguros y auténticos.

Los aspectos que incluyen al regente del Ascendente son también especialmente importantes, a la par de los aspectos que incluyen al Sol o a la Luna o al Ascendente mismo. Tales aspectos son tan significativos porque indican una dinámica específica que afecta la corriente total o la inhibición total de nuestra expresión personal. La conexión del regente del Ascendente con la corriente de energía física y con nuestro estado de salud difícilmente puede sobreestimarse, y su importancia a este respecto puede fácilmente verse observando los tránsitos al planeta regente. Tan a menudo, tales tránsitos se correlacionan con marcados cambios en nuestra salud, vitalidad o apariencia. Por ejemplo, una clienta (mujer de 34 años con Virgo ascendente) experimentó una crisis nerviosa total cuando Urano estuvo en cuadratura con su Mercurio natal. Concedido que Urano en tránsito, estando en cuadratura con Mercurio natal de alguien, pudiera correlacionarse con un período de tensión nerviosa, tal tránsito, no obstante, no sería una fuerza tan dominante para quienes no tienen a Mercurio como el regente del Ascendente.

Podría preguntarse por qué el regente del Ascendente es tan importante, más importante en las vidas de la mayoría que el regente del signo del Sol en términos de experiencias inmediatas profundas y cambios completos en nuestra actitud hacia la vida. Para responder esta pregunta, me parece que es necesario volver a un concepto muy antiguo: a saber, la idea del planeta regente que es el “Señor” que preside no sólo nuestro nacimiento sino también toda nuestra vida. En varios conceptos antiguos de factores astrológicos, el planeta regente del Ascendente se consideraba la deidad o el poder cósmico designado por el Señor Supremo para que presidiera toda la encarnación de un individuo. En términos más modernos, podríamos decir que la naturaleza del planeta regente presta un tono total a toda la vida de la persona, tanto a sus experiencias como a su enfoque para interactuar con el mundo externo. La posición específica del signo de este planeta regente es, por tanto, de gran importancia como símbolo de la cualidad de la experiencia, de la corriente de energía, y de la orientación general de la vida que dominará el modo de ser del individuo durante esta encarnación.

Aunque no puedo afirmar que yo tenga bastante experiencia directa que me permita confirmar de algún modo específico el antiguo concepto antes mencionado, efectué una experiencia que me impresionó poderosamente y que podría ser significativa a este respecto. Hace pocos años, estuve presente en un nacimiento en una casa, y yo había dado instrucciones específicas a otra persona de allí para que tomara constancia de la hora exacta del nacimiento. En consecuencia, sé que el niño que a la sazón nació tiene un mapa natal extremadamente preciso. Cuando pareció que el parto era inminente, mentalmente calculé un Ascendente aproximado y supuse que la criatura tendría a Acuario ascendente. Cuando nació el bebé, la habitación se llenó con una presencia poderosa y casi tangible. La intensidad de la presión que se sentía en esa habitación en ese momento sólo podía describirse como una energía y una vibración saturninas, y a uno de los otros presentes le observé que la atmósfera estaba cargada con esta fuerza poderosa. Esa noche, más tarde, luego de que las cosas se calmaron y el bebé recién nacido se durmió, calculé su mapa con precisión y descubrí, para mi asombro, que tenía 28° de Capricornio ascendente. Por tanto, su planeta regente era Saturno, y yo no podía haber imaginado una experiencia natal más saturnina ni una vibración más saturnina en el aire que la que acompañó a la llegada de la criatura.

Puesto que el nacimiento en el mundo material es, por supuesto, un acontecimiento más bien saturnino, no puedo decir si la misma experiencia habría ocurrido o no si la criatura, por ejemplo, hubiera sido regida por Venus o Júpiter. Pero creo que este ejemplo es digno de mención para animar a la gente a que preste atención a las vibraciones que pueden sentirse durante el nacimiento de otras almas en el plano físico.

Ahora debería ser evidente que ninguna consideración del Ascendente es completa sin incluir simultáneamente toda la suma de factores que se relacionan estrechamente con el Ascendente. En otras palabras, las cualidades del signo ascendente y de su planeta regente (incluído su signo y casa), lo mismo que cualquier planeta de la casa uno, todos muestran deseos, necesidades y orientaciones que forman una de las más cruciales combinaciones de energía de nuestra vida. Todos estos factores juntos constituyen un punto de apoyo clave sobre el cual se equilibra toda la estructura de la personalidad, y revelan un tema que matiza cómo se proyecta la totalidad de nuestro yo. Si no podemos expresar estas energías con facilidad, se desarrolla una tensión generalizada y, en muchos casos, un sentimiento de estar aburrido, sin vida y carente de dirección y finalidad.

Para dar un ejemplo de cuántos factores podrían combinarse en la interpretación, tomemos el caso de la criatura antes mencionada cuyo “complejo Ascendente” contiene los siguientes factores:

1)      Capricornio Ascendente
2)      Planeta regente: Saturno en Géminis y en la casa cinco, en conjunción con Venus y Mercurio.
3)      Júpiter en Acuario en la casa uno.

Esta combinación la podríamos describir así:

Necesidad de enfocar la vida con cautela (Capricornio Ascendente) y con creatividad profunda (Saturno en casa cinco), tanto mental como emocionalmente (Mercurio y Venus en conjunción con Saturno); necesidad de pensar profundamente y comunicar sus pensamientos de modo serio (Saturno en Geminis, en conjunción con Mercurio); necesidad de ver resultados tangibles de sus esfuerzos organizados y autodisciplinados (Capricornio Ascendente y Saturno en casa cinco), imbuído todo de fe independiente y generosidad expansiva y optimista hacia los demás (Júpiter en Acuario).